lunes, 30 de junio de 2008


Está demostrado que el ser humano necesita unión con sus semejantes. Si nos ponemos exquisitos, la introspección de un país entero volcado con 11 tíos que dan patadas a un balón en un mundo de garrapatas suena ridícula. En cambio, la realidad es que a tu compañero de cañas le comentes la calidad que tienen Silva e Iniesta, que hables con el taxista de que a Torres le falta gol, y que todos, hasta el más afrancesado de los antipatrióticos, sintamos que esta vez podemos, que España va a pasar de cuartos, que vamos a ganar algún título, que vamos a agarrarnos de alguien totalmente desconocido cantando “gol” o que vamos a raparnos si España gana la Eurocopa. Con la complejidad que abarca el mundo y el ser humano, “simples” y “tontas” son las cosas que le unen.

1 comentario:

felix, icis dijo...

En la simplicidad es donde se aprecia la grandeza del ser humano.Los grandes gestos suceden todos los días delante de nuestras narices y hay que aguzar mucho la vista para verlos, pero si lo logramos, nos invade el orgullo de compartir especie.