lunes, 30 de junio de 2008

Mis musas...

2:10 de la mañana y una de tantas musas está en mi cama. Después de una temporada sin ver a ninguna, por fin, ha venido. La explicación de eso que los creadores llaman inspiración es difícil. Un leve aleteo intelectual confluye con la pasión de la inmediata expresión y sientes que no dejarías de teclear en lo que te queda de vida. Es difícil la constancia de estos seres…la retendré todo lo que pueda.

Está demostrado que el ser humano necesita unión con sus semejantes. Si nos ponemos exquisitos, la introspección de un país entero volcado con 11 tíos que dan patadas a un balón en un mundo de garrapatas suena ridícula. En cambio, la realidad es que a tu compañero de cañas le comentes la calidad que tienen Silva e Iniesta, que hables con el taxista de que a Torres le falta gol, y que todos, hasta el más afrancesado de los antipatrióticos, sintamos que esta vez podemos, que España va a pasar de cuartos, que vamos a ganar algún título, que vamos a agarrarnos de alguien totalmente desconocido cantando “gol” o que vamos a raparnos si España gana la Eurocopa. Con la complejidad que abarca el mundo y el ser humano, “simples” y “tontas” son las cosas que le unen.

jueves, 12 de junio de 2008

La gente

Es normal que pudiendo hacer piquetes “la gente” no haga simplemente huelgas. Es normal que pudiendo quemar camiones y agredir a los esquiroles “la gente” no haga simplemente huelgas. Es normal que pudiendo tener enfrentamientos con la policía, que haya heridos, violencia y demás lindezas “la gente” no haga simplemente huelgas. “La gente” siempre hace lo que es normal. No se debe, ni merece la pena, pararse a pensar. Esto es lo que pasa cuando los señores del “viva el liberalismo” ven que sus magnificas iniciativas privadas están en peligro por culpa de aquello que tanto ansían. ¿Dinero negro?...irónico.

martes, 10 de junio de 2008

Confieso que he leído

Tengo un problema a la hora de escribir, y es, paradójicamente, que me gusta leer. Exacto, me gusta leer, por lo que como cualquier persona que disfruta descifrando letras, leo. El problema intrínseco es que cuando leo se me pega el estilo del autor, lo que hace del mío un ser difuso y maleable. De hecho no estaría escribiendo esta reflexión a modo de diario sino fuera porque desde hace algún tiempo me enfrasco en las divergencias con el mundo de una de mis ¿Profesoras? ¿Amigas? ¿Guía espiritual? Nadie lo sabe con exactitud todavía. También tiene que ver, creo, que estoy leyendo a Nabokov y su ejemplar “Lolita”. Sublime. Es impresionante como confluyen la exquisitez de la escritura de Nabokov con el descaro de su novela. El caso es que el libro está contado a forma de diario, así que entre mi pesada época de exámenes y aquello que les muestro, pues esto que escribo. Un poco de desahogo, supongo.

viernes, 6 de junio de 2008

¡Por los pelos!

Uff! Ya creía que ahí, al otro lado del charco, la rabieta de una rubia iba a empañar la victoria de un negro. La historia del mundo nos ha enseñado a todos que la cohesión entre la izquierda ha sido siempre mucho más difícil y polémica que el compacto borreguismo fascista o derechista. Aunque ahí en Estados “Unidos”, todo está mucho más al oeste, ya creía que la historia se haría caso a si misma y metería en el mismo cuadrilátero a Hilary y a Barack. Por suerte, parece que la sensatez se ha apoderado de aquella, haciéndola unir fuerzas contra el enemigo. Aun así, habrá que ver que pasa.

jueves, 5 de junio de 2008


Debe ser la entrada de la primavera o el declive de ciertos valores tradicionales, lo que hace que, cada revista, periódico o similar que leo últimamente, contenga un artículo acerca de sexualidad. Esto me ha llevado a observar un relativo miedo en el “mundo adulto” respecto al acercamiento de sus inocentes y burbujeos retoños con ese oscuro y pecaminoso mundo del SEXO. Creo recordar, según leí el otro día, que la edad media de iniciación al sexo rondaba los dieciséis años. Cuando terminéis algunos de sacar pecho y otros os quitéis las manos de la boca, continuaré diciendo, que el “miedo” que se le puede tener al sexo es el mismo miedo que se le podría tener a comer. Que ciertos pensamientos arcaicos en el comienzo de nuestra cultura ayudaran a la forja de pudorosos tabúes relacionados con la naturalidad más plena de nuestro ser, no es cosa nuestra. La libertad sexual debería ser un importante derecho y desde aquí aliento a su practica, responsable claro, no oigan a un tipo vestido de blanco y oro que predica contra el control artificial de la impulsividad masculina. Hablando en plata ¡usad condón coño! Pero evitando sermones paternales, decirles únicamente que disfruten con total libertad, naturalidad y picardía, de una de las cosas más maravillosas, plenas y gratificantes de la vida. ¡A follar se ha dicho!

martes, 3 de junio de 2008

Imagine...


Ha terminando para mí un fin de semana algo sicodélico. Todo comenzó con la lectura del famoso libro “El guardián entre el centeno”. Hoy, tras haberlo acabado después de un par de días de voracidad literaria, enganchado a la buena literatura, puedo afirmar que sigo con las mismas ganas (desde mi más puro pacifismo) de matar a los mismos sinvergüenzas de siempre, lo normal vamos.

domingo, 1 de junio de 2008

Adiós a las armas








Hoy hemos podido contemplar o asistir al día de la guerra. Ares, en su más puro exhibicionismo, se vanaglorió de la macabra capacidad de destruir del ser humano. Un desfile de jerarquías, disciplina, inflexibilidad y arcaísmo maquillado con relativa modernidad femenina y técnica. Tan difícil es crear que, al menos, no nos dediquemos a destruir. Paz y amor troncos.







Yo, gato de pura raza, me resulta difícil explicar cual es el sentimiento que me une tanto a un trozo de cemento desplegado vertical y horizontalmente. Yo, idealista en contra de cualquier patriotismo o nacionalismo, siento mi vida unida inexplicablemente a esta fábrica de humo y ruido. Londres, París, Ámsterdam, New York, Tokio. Podría haber sido cualquiera de estas metrópolis mi cuna y las amaría tanto como amo a la que habito. Mi amor, es pues, a la ciudad. Al ajetreo, al estrés, al ruido, a la contaminación, al caos organizado y, sobre todo, a la vitalidad. Yo, urbanita…