martes, 10 de junio de 2008

Confieso que he leído

Tengo un problema a la hora de escribir, y es, paradójicamente, que me gusta leer. Exacto, me gusta leer, por lo que como cualquier persona que disfruta descifrando letras, leo. El problema intrínseco es que cuando leo se me pega el estilo del autor, lo que hace del mío un ser difuso y maleable. De hecho no estaría escribiendo esta reflexión a modo de diario sino fuera porque desde hace algún tiempo me enfrasco en las divergencias con el mundo de una de mis ¿Profesoras? ¿Amigas? ¿Guía espiritual? Nadie lo sabe con exactitud todavía. También tiene que ver, creo, que estoy leyendo a Nabokov y su ejemplar “Lolita”. Sublime. Es impresionante como confluyen la exquisitez de la escritura de Nabokov con el descaro de su novela. El caso es que el libro está contado a forma de diario, así que entre mi pesada época de exámenes y aquello que les muestro, pues esto que escribo. Un poco de desahogo, supongo.

1 comentario:

felix, icis dijo...

1º no pongas etiquetas a las cosas, a mí me gusta entenderlas todas a la vez. (Excepto "guía espiritual", una persona tan descreída como yo no podrá ser eso nunca)
2º siento discrepar, pero Lolita debe ser de los únicos libros con los que prefiero la película. Demasiado light para mi retorcida imaginación.
3º en algún sitio leí que no merece la pena ningún escritor que produzca más letras de las que lee. De vez en cuando es reconfortante dejar al Mundo de lado, para pensar sobre el mundo de cada cual.