Lengua y literatura. Sí, no es religión, ni educación para la ciudadanía ni ninguna de esas otras polémicas asignaturas con las que curas y progresistas estarán discutiendo en un bucle infinito sin vencedor ni vencido. Lengua y literatura, las asignaturas más inocuas de todo el sistema educativo, las cuales nadie parece advertir su actual ineficacia e incompetencia. Subordinadas adjetivas de relativo, sintagmas nominales, complementos circunstanciales y un sin fin más de incomprensibles tecnicismos que abruman a los alumnos en vez de enseñarles a leer y escribir. Luego nos sorprenderá que estemos a la cabeza de Europa en fracaso escolar, que se diga que los jóvenes de hoy en día no leen, etc. Descuidar los pilares clave de lo que en verdad tendría que ser esta asignatura como la lectura, la escritura, la expresión oral…y sustituirlo por una memez llamada sintaxis digna de la más alta pedantería me parece una patada a todos los cánones pedagógicos. Por no hablar del destripamiento de la poesía, dada en la mayoría de los casos como las tablas de multiplicar. Señoras y señores, sí, los jóvenes no leen.