Como todo el mundo sabe, cualquier sociedad animal que se precie ha de tener un macho dominante. Todos hemos visto alguna vez esos violentos enfrentamientos entre leones, ciervos o canguros en los ya tópicos documentales de la 2. Los machos jóvenes retan a los ancianos machos-alfa al menor atisbo de debilidad. En muchos casos el actual regente consigue implantar su superioridad y templanza rechazando a su oponente, en cambio, cuando aquel no reúne la suficiente experiencia para hacer frente a la hostilidad, el candidato le reemplaza instaurando un gobierno de fiereza y extremismos propios de su edad. Por mucho que le duela al vencido y aunque el ecosistema se resienta, la vida es así, como todo el mundo sabe.